Seguro que habéis escuchado más de una vez el típico
comentario de que ‘nos estamos cargando el planeta’. Evidentemente, es cierto
que estamos agotando los recursos disponibles a una velocidad pasmosa, estamos
acabando con otras especies, estamos contaminando el aire que respiramos y no
contentos con esto, estamos llenando el espacio con nuestra basura.
Pero estad tranquilos, que no es cierto. Al planeta no le ocurre nada diferente de lo que le haya ocurrido desde hace siglos. Nos estamos matando a nosotros mismos. Porque el planeta
volverá a renacer cuando ya no estemos aquí. Tardará millones de años, pero lo
hará. Tanto es así, que Stephen Hawking ha dicho: “La extinción del ser humano
salvará el planeta”. Y nosotros, como queremos salvarlo, pues la estamos
acelerando (modo irónico on).
En aras de nuestra comodidad, seguimos haciendo todas esas cosas que sabemos que ayudan a nuestra destrucción.
¿Habéis visto Matrix? Mi escena preferida es cuando el sr.
Smith captura a Morfeo y está intentando conseguir que le cuente como entrar a
la única ciudad humana libre. En esta secuencia, el sr.
Smith equipara a la especie humana con un virus. Y tiene razón. Nos comportamos
exactamente igual. Porque nuestro primer error es considerar que el ser humano
y nuestro bienestar está por encima de todo.
Reconozcámoslo. Somos seres egoístas. Y aún sabiendo que
nuestro modo de vida no es sostenible, hacemos oídos sordos a los gritos de la
madre naturaleza. ¿Por qué? Porque vemos únicamente lo que queremos.
Cuando construimos una nueva autopista que cruza un bosque,
no vemos que en ese bosque viven animales y que seguramente necesitarán
cruzarla y morirán atropellados. Vemos que ahora, tardamos menos en llegar de
un sitio a otro.
Cuando usamos maquillaje para estar más guapas, no vemos lo
que han sufrido los conejos
en los que han testado ese maquillaje con el que vamos a conquistar al chico de
nuestro sueños. Lo mismo con el champú, gel y demás potingues que tenemos en el
baño.
Cuando usamos productos aerosoles, no vemos los químicos
que desprenden a la atmósfera y que están haciendo más grande el agujero de la
capa de ozono, vemos lo bien que nos ha quedado el peinado o lo bien que olemos
ahora.
Sí, somos tremendamente egoístas y egocéntricos. Y lo peor
de todo es, que aunque sepamos el daño que hacemos a otros seres o que estamos
acabando con las reservas del planeta (reservas que han tardado millones de
años en formarse y que no son infinitas), no cambiamos nuestro comportamiento por
comodidad.
Y hasta aquí la regañina de la abuela.
¿Qué podemos hacer para
mejorar un poco la situación? Porque esto no depende de los políticos ni de los
famosos que donan grandes cantidades de dinero a diferentes ONGs. Nosotros,
como consumidores, también tenemos poder. Si algo no se vende, os puedo
asegurar que se deja de fabricar.
Por ejemplo, podemos empezar por hacer algunas de estas
cosas:
- No usar aerosols. Son los principales responsables del agujero de la capa de ozono (y por ende del cáncer de piel). Hay desodorantes en stick o en crema y si me apuras, mejor la piedra de alumbre.
- Intentemos que nuestro maquillaje, cosméticos, colonias y productos de baño no estén testados en animales. Para ello fíjate que lleven uno de estos símbolos o estén etiquetados como “vegan”.
- Usar más el transporte público y, si es posible, mejor ir en bici o andando (que así nos mantenemos en forma, jeje). De esta manera reducimos la cantidad de monóxido de carbono en el aire.
- Siguiendo con la reducción del monóxido de carbono, intenta no hacer compras on line. Date cuenta que estás haciendo que, como mínimo, un vehículo tenga que hacer un recorrido (con sus consiguientes emisiones) para llevarte a ti, un paquete. Si además, estamos comprando cosas de otros países, imagina tu huella de carbono.
- Ya que tendremos que comprar en comercios cercanos, intenta llevar tus propias bolsas (si pueden ser de tela, mejor) para evitar que nos den nuevas bolsas de plástico. En este post, hablo sobre este tema.
Al final, se trata de volver un poco a ser como nuestros
abuelos, que casi todo se producía en casa y si se tenía que comprar era por
absoluta necesidad, no por capricho como ahora. Y sobre todo, acordarse de las
3 Rs: Reducir, Reutilizar y Reciclar.
Y vosotros, ¿qué cosas hacéis ya por mejorar
nuestro medio ambiente?
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