jueves, 14 de enero de 2016

Compra, tira, compra

Hace poco, vimos el documental ‘Compra, tira, compra’, que trata sobre la obsolescencia programada. Para los que no estéis familiarizados con el término, según Wikipedia, se definiría así: “es la determinación o programación del fin de la vida útil de un producto, de modo que, tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante o por la empresa durante la fase de diseño de dicho producto, éste se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible.”
 
Así es, todo lo que compramos viene diseñado desde fábrica para que empiece a dejar de funcionar antes de que se acabe su vida útil. De este modo, el fabricante se asegura de que, en un plazo establecido por él mismo, tengas que volver a comprar el mismo producto completamente nuevo y él no tiene que preocuparse de que su negocio se acabe. Ta dáaaaa!! 
 
Parece que esta idea se gestó durante la crisis del 29 para favorecer la economía. Se obligaba a reponer aquellos artículos que se rompían o dejaban de funcionar y así poder crear puestos de trabajo y movimiento económico. Por aquel entonces, la idea era buena (de hecho funcionó) ya que parecía que los recursos del planeta eran infinitos. Y así, las bombillas pasaron de durar 25 años a 1000 horas, las medias de nylon a romperse y a instalar un chip en la impresora que hace que, a las X impresiones, deje de funcionar.
 
Con la idea de la obsolescencia programada y los resultados obtenidos, los fabricantes fueron más allá y, en lugar de esperar a que se rompieran los objetos que se adquirían, empezaron a fabricar modelos diferentes cada cierto tiempo. Así, ya no era necesario esperar a renovar tu coche cuando se rompiera. En el mercado había otro modelo más moderno y mejor. Y, de este modo, empezaron a crearnos la necesidad tener más cosas y esto se unió a la idea de que para ser feliz tienes que tener el último modelo de lo que sea. Y nosotros nos lo hemos tragado sin rechistar.
 
Tanto es así, que resulta casi imposible vivir de otro modo. Por poneros un ejemplo, nuestra batidora de mano ha muerto. Estamos intentando repararla pero no encontramos ninguna tienda de reparación de pequeño electrodoméstico. Y nos negamos a llevarla a un punto limpio y seguir generando residuos porque estamos seguros de que volverá a funcionar cambiando una piececita de nada.
 
Porque ese es otro tema: ¿dónde van nuestros residuos? Quiero decir, todos tenemos claro que separando nuestra basura ésta va al punto de reciclaje y las cosas que no se pueden tirar a la basura, van a un punto limpio. Pero ¿qué ocurre con la basura que se lleva al punto limpio? ¿Y con los electrodomésticos que nos retiran cuando nos traen nuestra nueva y flamante lavadora?
 
En el documental se ve como mucha parte de nuestra basura (por llamarla de algún modo) va a parar a países del tercer mundo donde se aprovecha lo que está en unas condiciones aceptables y el resto va a parar a montones de chatarra. ¿Por qué tienen que acumular otros países nuestra mierda? ¿Por qué las compañías, cuando retiran los productos defectuosos o desfasados, no aprovechan las partes en buen estado en la fabricación de sus productos? ¿Por qué pensamos que los recursos del planeta nos van a durar para siempre?
 
Te recomiendo que veas el documental para que puedas crearte una opinión y puedas reaccionar frente al lavado de cerebro que nos hacen las campañas publicitarias. Nosotros, seguiremos buscando una tienda para poder arreglar nuestra batidora y, en caso de sea totalmente imposible, compraremos una de segunda mano.
 

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