jueves, 7 de enero de 2016

Adiós 2015, hola 2016!!


Ya se acabaron las navidades y todo vuelve a la normalidad. Y con la normalidad, empiezan los propósitos del nuevo año: dejar de fumar, empezar a ir al gimnasio, etc.

 

Personalmente, no soy de proponerme cosas con el nuevo año. Soy de esas personas que piensan que siempre es buen momento para empezar a hacer algo y creo que posponer a una fecha determinada el empezar a hacer algo, normalmente, es una excusa para no hacerlo.

 

Lo que sí que he visto en otros blogs y me parece muy positivo es hacer una especie de revisión de los logros del año y qué se podría mejorar. Así que allá vamos (wink)!

 

El año pasado, intenté sacarme el acceso a la universidad para mayores de 25 años (por circunstancias de la vida, dejé los estudios sin acabar el COU), pero después de pagar las tasas del examen, no me presenté porque había dejado pasar el tiempo y no me lo había preparado nada bien.

Después del verano, decidí apuntarme a una academia con la finalidad de sacármelo este próximo año. De este modo, me obligo a estudiar, a asistir a clase los sábados y a hacer deberes, aunque tengo que reconocer que aún debería hacer más de lo que hago y que, sobre todo, estas navidades me he relajado demasiado.

 

A principios de año, me apunté a clases de yoga.

Aunque noté cierta mejoría en mis dolores musculares (tengo una escoliosis muy acusada que me causa diversas molestias tales como dolores y vértigos), no era lo que yo esperaba, ya que el tipo de yoga que se daba en ese centro era bastante relajado. Tras la pausa del verano, cambié de centro de yoga y tengo que decir que estoy encantada con las clases. Aparte de notar más el trabajo físico y psíquico, soy más consciente de mi cuerpo y de algunas malas posturas en mi día a día que debo corregir.

 

Tras meses dándole vueltas en mi cabeza y con el apoyo de R, por fin, en febrero del año pasado empezamos nuestra transición al veganismo.

Aunque en un principio, pensamos que nuestra meta sería el ovo-vegetarianismo, según fuimos eliminando alimentos de procedencia animal de nuestra dieta, eliminando cosméticos y productos de higiene testados en animales, dejando de comprar ropa con elementos procedentes de sufrimiento animal y empapándonos en información sobre el trato que se da a los animales y cómo nos aprovechamos de otros seres que tienen el mismo derecho que nosotros a estar en este mundo, le pusimos fecha de caducidad al consumo de huevos y ya podemos decir que nuestra alimentación es vegana.

 

No recuerdo el momento exacto, pero fue antes del verano cuando empezamos a darnos cuenta de otro gran problema: el plástico.

Bucear en internet, empapándonos en la filosofía vegana, nos llevó irremediablemente a la contaminación, a cómo el ser humano está destrozando el planeta porque no quiere prescindir de sus comodidades y a descubrir varios blogs en los que se hablaba de ese peligroso contaminante, casi indestructible, llamado plástico. Tras mirar a nuestro alrededor, nos dimos cuenta de que, efectivamente, el plástico está tan metido en nuestras vidas, que mires donde mires, ahí está. Y así empezamos nuestra lucha por intentar reducirlo en nuestra vida.

A día de hoy, aún seguimos consumiendo plástico (hay cosas que no podemos evitar comprar porque no disponemos del tiempo para hacerlas nosotros mismos) pero en lugar de ver sólo lo malo, queremos pensar en lo que hemos conseguido. Y la realidad es que hoy por hoy, llevamos los envases a reciclar cada 3 semanas en lugar de cada semana.

 

Hace ya más de un año que empecé este blog por la recomendación de una amiga bloguera pero lo cierto es que no le he dedicado mucho tiempo a publicar en él ni a promocionarlo. La verdad es que me da un poco de miedo lo que opinéis los que estáis al otro lado de la pantalla (aunque de momento creo que sólo me lee R., jajaja) porque tampoco sé si lo que tengo que contar os interesa a alguien ni si soy capaz de transmitir lo que quiero. El caso es que a finales de este año, me he propuesto empezar a escribir con asiduidad e intentar llegar a más gente, por lo que he creado también la página de Facebook, donde publicaré mis nuevos posts y otras cositas que me vayan llamando la atención.

 

Echando la vista atrás, considero que no ha sido un mal año. He dado muchos pasos hacia la vida que quiero conseguir pero reconozco que aún estoy en camino y que ha habido cosas que se han quedado pendientes y que tengo que mejorar. Empecemos…

 

Estudiar más.


Aunque me siento feliz por haber tomado la decisión de apuntarme a la academia para obligarme a estudiar y esforzarme en sacar el acceso a la uni, soy consciente de que aún podría esforzarme más. Después de este descanso que me he tomado en vacaciones, tengo que ponerme las pilas y sacar más tiempo para estudiar y trabajar en ello. Al fin y al cabo, se trata de mi futuro y éste sería el primer paso al cambio que estoy buscando.

 

Meditar más.


Esto es otra de las cosas que tengo pendiente. He intentado en varias ocasiones establecerlo como rutina, pero no consigo que dure más que unas pocas semanas (con suerte). Tengo que encontrar el método que me ayude a integrar este hábito en mi vida.

 

Postear más.


Voy a involucrarme más en el blog. Me parece que es un buen método para ayudarme a crecer de otra manera. Podré visualizar en un futuro mi crecimiento y puede que hasta ayude a otras personas que me lean a seguir este camino. Ya sea porque les interese hacer la transición al veganismo o porque quieran cuidar más y mejor de nuestro planeta.

 

¿Es realmente necesario el móvil?


Esto es algo a lo que le llevo dando vueltas desde que vi esta exposición en el Círculo de Bellas Artes en el 2014. Es increíble que el ser humano permita que ocurran este tipo de atrocidades para que otras personas podamos estar comunicadas, pasar ratos jugando o viendo videos en internet. El móvil que tengo en este momento, tiene casi dos años ya, por lo que calculo que pronto pasará a la historia. Me estoy planteando si voy a tener otro después. Y digo planteando porque R. me propone comprar de segunda mano. Su argumento es que el daño ya está hecho: si no lo compras nuevo, no creas demanda. Yo pienso que aún comprando de segunda mano sigues en el ciclo, ya que la persona que lo vende, lo hace para comprarse otro nuevo más moderno.

No sé. Aún sigo dándole vueltas al asunto. Ya os contaré mi decisión cuando mi móvil diga adiós.

 

Y este es el balance de mi año. Como decía creo que ha sido bueno y me he marcado unas pautas para mejorar aquello que no he conseguido aún o no es tan efectivo como me gustaría.

 

Contadme qué tal vuestro año: ¿Qué habéis conseguido? ¿Qué proyectos os habéis marcado para conseguir en el 2016?

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