martes, 27 de septiembre de 2016

Cada pequeño paso, cuenta


Hace unos días, me escribía una amiga muy triste porque a raíz de una conversación en relación a nuestro modo de vida y nuestro intento por vivir de un modo más respetuoso con el medio ambiente y, viendo interés por su parte, le sugerí que echara un ojo al blog ‘Vivir sin plástico.

Parece ser que esta amiga, ha estado esta semana leyendo varios de los posts escritos por Patri y Fer y, entusiasmada, le ha contado a su pareja las cosas que estaba aprendiendo sobre un modo de vida diferente. Y se ha llevado un chasco enorme cuando ha descubierto que a su pareja no le importaba lo más mínimo. Es más, según palabras de mi amiga: “…me ha hecho sentir como si le hablara de duendes y hadas.”

Esto es lo que suele ocurrirnos a los que nos salimos o queremos salir del modo de vida convencional. Puedes encontrarte con gente de mente abierta y con ganas de aprender (como mi amiga), puedes encontrarte con personas que te escuchan y te respetan pero jamás darán un paso por cambiar sus hábitos; o puedes encontrarte con personas que piensan que lo que haces es una soberana gilipollez y se esforzarán en que lo notes.

Mi consejo a mi amiga ha sido el mismo que le daría a cualquiera que empiece a preocuparse de reducir su consumo de plástico. Empieza por cosas pequeñas. Suprime el agua embotellada cuando estás fuera de casa, pide que no te pongan pajita en las bebidas o lleva una bolsa de tela a la compra y compra local. Son pequeños gestos que no cuestan nada y que suponen un paso hacia un modo de vida más sostenible. Porque cada paso, por pequeño que sea, cuenta.

Pero lo más importante, es que hagas lo que tú consideras que debes hacer. Sin importarte lo que piensen los demás. Para cambiar el mundo hay que empezar por uno mismo. Al principio, la gente te preguntará por qué haces esto o aquello, y la mayoría seguirá con su vida después, sin importarle la respuesta, pero habrá alguno al que lo que le has dicho seguirá resonando en su mente y que decidirá que él/ella también podría hacer esos pequeños gestos.

Sé que hay gente que piensa que una persona no puede cambiar el mundo. Pero no es del todo cierto. Cada uno, con lo que hacemos, tenemos el poder de modificar lo que nos rodea. Porque nada de lo que haces cae en saco roto y todo tiene consecuencias. Es el llamado efecto mariposa. Y todos, unidos, podemos conseguir muchas cosas.

Por eso hay que salir y pedir que no queremos usar plástico, que queremos productos que no perjudiquen al medio ambiente ni contaminen nuestros alimentos. La única forma efectiva de lucha es no consumir (si no lo leíste, ya vimos en este post que el reciclaje no es la solución).

Porque si no hay beneficio, no hay negocio.

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Espero que el post te haya gustado.
Seguro que tú también tienes algo que compartir, así que animate y deja aquí tu comentario