Siempre estamos haciendo planes para cambiar lo que no nos gusta de nuestra vida. El lunes dejo de fumar, en septiembre empiezo a estudiar, y acabamos posponiendo todo aquello que queremos ser a un después que nunca llega.
Las razones por las que posponemos las cosas, pueden ser variadas, pero los motivos principales son o que nos da miedo llevarlo a cabo, o que nos resulta aburrido o innecesario... Cuando uno está entusiasmado con una idea o proyecto, no duda en ponerlo en marcha lo antes posible. Tal vez pienses que no eres capaz y estés dejando pasar tiempo hasta que ocurra algo que te impida hacerlo o que otra persona lo haga por ti.
Lo primero que debemos hacer es ser sinceros con nosotros mismos: '¿Por qué no quiero hacer esta tarea? Una vez que tenemos claro el motivo, es mucho más fácil encontrar la solución.
Cuando el problema es que la tarea resulta tediosa, quizá te haga falta valorar cuáles son tus objetivos y hacia dónde te lleva esa acción. Puede que la meta que te hayas fijado sea muy alta.
Por ejemplo, puedes sentir desgana para estudiar porque tu meta es aprobar el curso. Esto se puede hacer muy duro ya que hablamos de aprobar un examen tras otro durante meses y el final se ve muy lejos. Es mejor fijarte metas cortas. Aprobar ESTE examen, terminar ESTE trabajo, hacer ESTOS ejercicios. Y sobre todo, visualizar a dónde nos lleva ese esfuerzo.
Lo mejor de ésto es que cuando conseguimos superar ese "bajón", y hacemos lo que tenemos que hacer, nos sentiremos muy bien con nosotros mismos porque, a pesar de las dificultades, lo hemos conseguido.
Cuando el problema es que tenemos miedo, ya sea porque estamos muy a gusto en nuestra zona de confort y no queremos salir de ella o porque nos asuste lo que los demás puedan pensar de nosotros, debemos visualizar el objetivo. ¿Qué quieres conseguir? Seguro que tu razón te está diciendo que no merece la pena, que así como estás vives a gusto, lo que vas a sufrir si das el paso...
No la escuches. Tu voz de la conciencia es una superviviente. Está ahí desde tiempos ancestrales para que sobrevivas. Pero esto no es cuestión de supervivencia. Se trata de ser quién TÚ quieres ser.
¿Vas a dejar que el resto del mundo te diga cómo tienes que vivir tu vida? Toma tu determinación, coge las riendas y céntrate en conseguir aquello que deseas. Planteáte los pasos que tienes que dar para hacerlo y ve dándolos uno a uno, sin preocuparte por el siguiente. Sólo puedes vislumbrar el objetivo en los momentos en que tus fuerzas flaqueen porque los habrá. Nadie dice que el camino sea fácil, pero sí exige un esfuerzo. Y no tienes que dejarte vencer.
El momento es aquí y ahora. El pasado, pasó y el futuro no existe. Conozco a más de una persona que dice que cuando le toque la lotería hará ésto o aquello. Error. ¿Vas a dejar que algo externo decida tu vida o tu forma de vivirla? Concéntrate en qué cosas de tu vida quieres cambiar y cambiálas. Sólo tú tienes el poder de hacerlo.
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